-The Jokers- volvían al escenario del D'leyend para presentar su último trabajo titulado: ''Rock 'N' Roll Is Alive''. A continuación os dejo la crónica de Manolo Bosch de dicha actuación.
Quienes asistieron al concierto de D’Leyend lo podrán constatar. Sus influencias son notables, tomando un poco de AC/DC, también del comercial hair metal’ americano de los 80, otro tanto de los proyectos de David Coverdale, más algo de los de Paul Rodgers, un poco de Robert Plant… sin llegar, por supuesto, al nivel de éstos, aunque de ningún modo cabe decir que Wane Parry sea un mal cantante –todo lo contrario-, y encima es un buen frontman, consiguiendo constantemente la interacción con el público.
En Castellón se pusieron al público de su lado desde el primer tema, con ese ‘Shake’ que contiene algún eco del ‘Stormbringer’ de Deep Purple, para continuar con ‘V.I.B.E.’ un rápido rock and roll con letra lujuriosa –versión soft- en la línea de un Coverdale y unos eficaces coros. Y por si faltaba algo para asegurarse el enganche, a continuación la canción que da nombre a su reciente disco, ‘Rock’n’roll is alive’, otro efectiva carrera boogie-rock con la que consiguieron levantar puños entre los presentes y el acompañamiento en los coros, ya que es un tema que se presta a ser cantado por grupo y público a la vez encajando las voces en sus cambios de ritmo.
Con estos tres temas ya habían dejado claras muchas de sus efectivas bazas, empezando por la entrega. Resultaba muy chocante el constante cabeceo del guitarrista Paul Hurst de adelante a atrás en cada uno de los temas. Era un mezcla entre KK Downing (Judas Priest), por imagen, y Angus Young (AC/DC) por ese nervio latente. Sin duda, el más heavy del cuarteto y con unos desarrollados músculos del cuello, sin duda. Pero, además, es un buen guitarrista. Su hermano, el bajista, Simon Hurst, mucho más comedido, lució en algún tema la máscara del bufón, mientras que el batería, Chris Poole –el nuevo del grupo-, es el único con un papel discreto de cara al público, aunque junto a Simon forma una buena base rítmica, que es lo que importa.
Después de un inédito ‘She’s on fire’ y el comercial ‘Radio’, con su inicio lento y un ritmo muy marcado que de nuevo ayudaba al acompañamiento de brazos y voces, mientras el recuerdo de la ‘serpiente blanca’ resurgía, empezó una fase que en otro concierto hubiese resultado peligrosa, pero que en este caso The Jokers supo resolver con gran acierto, la de los medio tiempos (con la única excepción de la potente ‘Get down and jam’). Ahí se puso aún más a prueba la calidad de temas y sus interpretaciones. La chulería a lo Bon Scott en ‘Let it rock’, el dulce inicio a lo Wishbone Ash de ‘Hell to L.A.’, el blues lento de ‘Find my way home’, la inédita y baladística ‘Angel’ o ese ‘Ocean of kings’ con ecos a temas lentos de Robert Plant –‘Ship of fools’ me viene a la mente- aguantaron perfectamente ese bajón de potencia.
A partir de ahí, parecía sencillo rematar la faena. El AOR de ‘NYC’, la fuerza de ‘Night Driver’, introducida por un breve solo guitarrero heavy, la versión de sus vecinos más famosos de la historia ‘Helter Skelter’ o ese vacilón –a lo AC/DC- ‘Silver City’ que abre el segundo disco les dejó en las puertas de los bises con la partida ganada. Hicieron dos temas extra, repitiendo el ‘Rock’n’roll is alive’, con lo que volvieron a levantar puños y coros.
Quienes les vieron en la pasada gira en este mismo escenario comentaron que en aquel momento ya estuvieron a un alto nivel, pero que ahora han mejorado, con un setlist muy similar, ya que por aquel entonces avanzaron varios temas nuevos.
UN PAR DE DETALLES ANECDÓTICOS:
-El guitarrista, vendedor de CDs a mitad de precio. Una vez finalizado el concierto, los cuatro miembros de The Jokers charlaron tranquilamente con los presentes, siendo el guitarrista el más activo (al igual que en el escenario). Lo curioso es que cuando ya quedaba poca gente y la venta de merchadising ya había llegado a su final, decidió coger un montón de CDs, se los puso en los brazos y salió con ellos a la calle, donde los vendía por cinco euros, a mitad del precio fijado en el stand (!!!).
-El recurrente debate sobre si el número de espectadores en Castellón es pobre o no. Dentro de la amplia gira española –veinte conciertos-, el viernes anterior habían actuado en Cádiz, con unos 15 o 20 asistentes, menos de la mitad de los presentes en Castellón un jueves. Creo que es más un problema –si lo es- general que particular.
Wane Parry: voz.
Paul Hurst: guitarra.
Simon Hurst: bajo, coros.
Chris Poole: batería, coros.
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